Vengan, dijo él, flacas y gordas, morenas, rubias o colorinas, blancas, negras o trigueñas, vengan, dijo, simplemente vengan. “Pueden tener mal aliento, pero no me molesta que huelan a rosas, no es problema para mi, Señor… o bien, pueden tener grandes narizotas entre las mejillas como pueden tener un perfil de muñequita. Hay sólo un detalle que a mí me importa mucho… digamos que más que un detalle es un requisito. Las mujeres que estén conmigo deben saber volar.”
Alegoría a "El lado oscuro del corazón"
Alegoría a "El lado oscuro del corazón"
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